Tomates, lechugas, pimientos, guisantes...esta es una pequeña muestra de lo que deseamos producir este curso en nuestro pequeño huerto ecológico, un aula natural donde los productos son fruto del trabajo en grupo, la cooperación y el esfuerzo y en el que no sólo aprendemos a cultivar hortalizas. El huerto se convertirá en un lugar donde reconocer productos que vemos diariamente en el supermercado, aprender a plantar semilleros, entender cómo se construyen los calendarios de cultivo o calcular el peso de los productos cosechados. El huerto escolar como recurso educativo se convierte así en un espacio, en cada una de nuestra cinco escuelas, en el que participa todo el alumnado del CRA de las distintas etapas. Fomentamos así el trabajo en equipo y la resolución de diferentes situaciones que se vayan presentando que, sin duda, ayudarán a los niños y niñas a enfrentarse a problemas de la vida diaria y descubrir los beneficios de la agricultura ecológica.
A través del huerto vamos a poder trabajar por ejemplo, las medidas naturales como el pie, el paso o el palmo, así como las medidas convencionales, para calcular perímetros y superficies de las distintas zonas cultivables. Trabajaremos el lenguaje a través de adivinanzas y refranes, canciones, cuentos y dramatizaciones, el registro de datos meteorológicos o la elaboración de recetas con productos de la huerta. Un sinfín de actividades en las que la motivación del alumnado nos permitirá lograr aprendizajes perdurables y útiles, sea cual sea la edad de los niños y niñas.
